22 mujeres + “reúne cuentos de escritoras muy diversas en edades, procedencias, experiencias laborales y literarias. Van desde los veinte años a los ochenta, algunas de ellas han publicado sus propios libros o participado en antologías, otras es la primera vez que publican”, dice el prólogo de Silvana Tanzi. “Frente a esta disparidad de estilos y enfoques narrativos, sería caprichoso intentar cualquier clasificación de estos relatos”.
Una de las nóveles escritoras es Brunella Tedesco, de 23 años de edad, licenciada en Comunicación Periodística.
¿Cuándo empezaste a escribir?
Empecé a escribir de muy pequeña, sinceramente ya ni recuerdo a qué edad. Escribía cuentos cortos, siempre de ficción, en los que relataba alguna de esas historias tontas que a uno se le ocurren cuando es niño. También escribía muchos poemas.
¿Estudiar periodismo vino de la mano con este gusto por la narrativa?
Cuando tenía 11 o 12 años decidí que quería dedicarme a escribir y el periodismo parecía una buena opción laboral para poder hacer todos los días lo que me gustaba. En los años siguientes tuve momentos de desencanto en los que me incliné por otras profesiones, pero cuando finalmente salí del liceo, el periodismo seguía siendo mi primera opción.
Muchos profesores de la carrera han reprochado ese tipo de elección, basada casi enteramente en el gusto por la escritura, pero para mí fue lo que vino primero. Hay gente que tiene pasión por informar, por inquirir, indagar, denunciar, esclarecer, y decide ser periodista por todos estos impulsos. A pesar de que me considero una persona curiosa, no puedo dejar de admitir que todas esas motivaciones vinieron después, cuando empecé a conocer mejor cuál era el rol de un periodista.
¿Cuándo escribiste Lázaro?
Lo escribí el primer verano después de entrar a facultad, en el verano del 2009.
Cuando lo redacté me detuve antes de llegar al final. Sabía cómo quería que concluyera, pero no tenía claro cómo lograr ese fin desde el punto de vista narrativo. Lo revisé en múltiples oportunidades, siempre con ese final en mente, pero nunca sabía cómo expresarlo.
Finalmente, el año pasado, Andrés Alsina (docente de periodismo) me comentó que su editor estaba planeando armar un nuevo compilado de 22 Mujeres y que estaba recibiendo cuentos. Esa misma noche llegué a mi casa, abrí el word de Lázaro y se me ocurrió cómo lograr lo que quería: se ve que la posibilidad de publicar el cuento fue la motivación que necesitaba.
Le mandé el cuento a Gabriel Sosa, el editor, y me dijo que le gustaba pero no estaba seguro si incluirlo porque tenía un cuento con una temática similar, sobre la relación entre una madre y su hijo. Me preguntó si tenía algún otro cuento y le contesté que sí; le mandé otro no tan pulido como Lázaro pero insistí en que éste era el que más me gustaba. Y Gabriel finalmente eligió Lázaro.
¿Qué podés contar sobre su argumento?
Lázaro es básicamente sobre la memoria. La narración habla de un niño que ve a su madre suicidarse, a los años se va de su casa, vuelve siendo adulto y se encuentra con su padre, que siguió siempre en el mismo lugar.
El cuento está narrado en primera persona, con la voz del muchacho.
¿Cómo creés que funciona Lázaro en el conjunto de 22 mujeres +?
Creo que la gracia de 22 Mujeres y 22 Mujeres + es que, como dijeron ya sus prologuistas muy acertadamente, se trata de un libro que tiene como criterio congregar narraciones de mujeres. No como literatura femenina, no como una forma especial de “sensibilidad”, sino como un espacio, una plataforma para la voz de autoras. Si se lo mira con esa perspectiva, creo que todos los relatos cierran a pesar de no seguir un gran tema o un género.
22 mujeres +: 21 cuentistas y una prologuista, de Irrupciones Grupo Editor, reúne textos de Rosario Beisso, Angeles Blanco, Sonia Calcagno, Estefanía Canalda (que estudia Comunicación en la Universidad ORT Uruguay), Mónica Cardoso, Dina Díaz, Katia Engler, Cecilia Fernández Costa, Mariana Font, Ana Fornaro, Laura Fumagalli, Laura Gandolfo, Mariana Olivera, Gabriela Onetto, Lucía Piñeyrúa, Daniela Silva, Elena Solís, Elián Stolarsky, Alejandra Suárez, Yael Szajnholc y Brunella Tedesco.
