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Información, no gacetillas

19/02/2013
A poco más de dos años de estar online, Autoblog sigue teniendo solo dos redactores que, además de hacer notas, moderan comentarios, venden publicidad y hacen las tareas propias de un cadete. Desde la salida del tercer integrante del equipo a principios de 2012, además se encargan de cuestiones relacionados a programación y diseño. Sin embargo, Rodrigo Barcia, de 24 años, y Facundo Puig, de 18, son periodistas: el primero está cerca de recibirse y el segundo recién está por comenzar.

Carlos Cristófalo, Rodrigo Barcia y Facundo Puig. Foto: gentileza Autoblog.El primer día que Autoblog Uruguay estuvo online, 29 personas visitaron el sitio. Hoy en día, con más de dos años de funcionamiento, promedian las 6000 visitas diarias, con picos de más de 7000.

Autoblog nació, justamente, como un blog, pero rápidamente se convirtió en un sitio de referencia en noticias sobre lo automotriz. La idea era crear un portal con novedades del mercado local pero también con información internacional, actualizarlo constantemente y, lo más importante, hacer periodismo, no reproducir gacetillas.

“Nunca se había hecho algo así en Uruguay”, comentó Rodrigo Barcia, uno de los responsables, quien reconoce que, en realidad, la idea fue de Carlos Cristófalo, de Autoblog Argentina: “un día, chateando, me dijo de armar un Autoblog Uruguay. A Carlos lo conocía desde 2006 por chat, siendo corresponsal en Uruguay del Autoblog Argentina”.

Le pidió ayuda a Alexis Vilariño para armar el diseño y programar la página; Rodrigo solo se encargaba de redactar notas. Por ese entonces, Facundo Puig tenía un blog similar, Urucars. Al principio solo intercambiaron links, pero pocos días después ya estaba publicando en Autoblog.

El objetivo, resume Facundo, siempre fue “lograr un medio actualizado, objetivo y con la calidad de los blogs más grandes de otras partes del mundo. Los dos queríamos leer buenas pruebas, noticias ‘frescas’ y algo que no estuviera comprado por los auspiciantes. Nadie lo hacía ¿qué mejor idea que hacerlo nosotros?”.

Rodrigo recuerda que cuando buscaba noticias sobre autos en el medio local, especialmente en la red, “lo que veía es que no había un sitio que estuviera interesado más en informar que en otra cosa”. Dice que estaba “harto de las notas compradas que hablaban solo maravillas”. Por eso en Autoblog decidieron contar los pro y los contra de cada vehículo: para eso, las marcas les prestan los coches para que los prueben cuando llegan al mercado local. “En este ambiente, algunos periodistas se preocupan más por quedar bien con una marca que por brindarle un servicio al tipo que te lee. Eso es algo que en Autoblog no corre: para nosotros está en la tapa del libro que no laburás para las empresas, laburáspara el lector”, afirma. “Después que una empresa te apoye económicamente es otra cosa, pero no se tiene que tocar con la parte editorial nunca; es más, algunas notas nos costaron auspiciantes. No me arrepiento de eso a nivel profesional. A mí me gusta decir que hacemos el periodismo del ‘no a la gacetilla’, escribimos lo que nosotros elegimos, no lo que ya te dan masticado y empaquetadito desde una agencia de medios”.

Rodrigo Barcia sacando fotos luego de una prueba. Imagen: gentileza de Autoblog.Sin oficina

La rutina de trabajo depende de las notas que estén previstas. Si hay que hacer “periodismo de escritorio” (casi un 90% del contenido del sitio, precisa Rodrigo), lo conversan por chat: “como si fuera una reunión en una sala de redacción de un diario, pero desde nuestras casas y riéndonos de las cosas que nos pasan en el día, porque son más charlas de amigos que de laburo”. Cuando hay que salir a probar un auto o cubrir algún evento, el plan cambia y son “un poco más metódicos”. De todas formas, siempre, son mucho más de ocho horas por día, entreveradas entre el estudio que exige la Facultad o incluso el liceo.

Facundo, que recién este año ingresa a la universidad, dice que hoy en día mantienen los objetivos iniciales pero cambió la forma de trabajar. “La experiencia se nota, a veces miramos notas del año pasado y nos morimos de vergüenza, tanto por el texto como por las fotos o videos”.

Rodrigo —que está cursando las últimas materias de la Licenciatura en Comunicación Periodística en la Universidad ORT Uruguay— afirma que la relación con las fuentes fue lo que más cambió durante estos años. “De no darnos bolilla y tener que estarles atrás, llamándolos, a que ellos sean los que nos vengan a buscar para tal o cual noticia, para prestarnos un auto o pedirnos una opinión”.

Autoblog, además, generó una pequeña pero fiel comunidad. “Están los que comentan todas las notas, discuten, se enceguecen con algunos temas, y también a los que, si bien leen, no comentan nunca, o casi nunca. Esos son la mayoría y son los que generan la cantidad de visitas que tenemos”, indica Rodrigo. “En el primer grupo se generó una comunidad de seguidores, se mandan correos entre ellos, se ven por fuera del sitio”.

“No hay mejor motivación a la hora de escribir que tener una respuesta del otro lado, aunque no siempre sea favorable”, comenta Facundo. “Se armó una comunidad interesante: con algunos hicimos una reunión hace algún tiempo y fue una excelente idea conocernos fuera de lo virtual”. En su opinión, Autoblog tiene dos tipos de lectores: los que están buscando comprar un auto, y a veces hasta no entienden del tema, y los fieles que entran todos los días, comentan y son un público más informado”.

Facundo Puig sacando fotos luego de una prueba. Imagen: gentileza de Autoblog.Desde los autitos

Tanto en Rodrigo como en Facundo, el interés por el periodismo llegó mucho después que el gusto por los autos. “Cuando tenía cuatro, cinco años, obviamente me gustaba jugar con autitos, ver carreras en la tele y leer revistas de autos. También miraba —y conserva en VHS— los programas del Salón del automóvil que hacía, y sigue haciendo, Mario Uberti, por ejemplo”, cuenta Rodrigo.

Los responsables de Autoblog ya cubrieron un Salón Internacional del Automóvil, en 2011 en la ciudad de Buenos Aires. En total, hicieron seis coberturas internacionales.

Facundo, en tanto, admite que “quizá haya una parte genética” en su gusto por los autos: “tengo familiares que coleccionan, que corren, que trabajan en el sector, pero no creo que dependa solo de eso”.

“Mientras mis compañeros del jardín de infantes jugaba a la pelota, yo me quedaba con los autitos, haciendo carreras o hasta un tunning casero con drypens y cascola”, cuenta. “En mi cuarto siempre hubo posters de autos y desde que arranqué a leer a los cinco años pedí revistas del tema. Mis padres me cuentan que era insoportable ir por la calle conmigo: dicen que iba mirando los autos estacionados y diciendo marca y modelo. Les creo”.

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