Bajo el sugerente título de “¿No soy un robot?”, este evento ha brindado un espacio de encuentro y reflexión para abordar los desafíos e implicaciones éticas de la inteligencia artificial (IA) generativa, una experiencia única para adentrarse en los entretejidos del impacto de la tecnología en nuestra sociedad.
El evento se desarrolló el 26 de junio en el Auditorio de la Facultad de Comunicación y Diseño de la Universidad ORT Uruguay y contó con la participación del Lic. Enrique Topolansky, MBA —Master en Computación y Master en Administración de Empresas por la Universidad ORT Uruguay— y el Lic. Fabián Barros —Máster en Artes Digitales por la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona y Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de la República—.
Además, tuvo la destacada participación de la Mag. Sabrina Bianchi —Máster en Educación, Licenciada en Comunicación Publicitaria por la Universidad ORT Uruguay y secretaria docente de la Escuela de Postgrados y Actualización Profesional—. A continuación, algunos de los momentos clave del evento.
El panorama de la disrupción digital y la IA generativa
Vivimos en una era hiperconectada en la que la disrupción digital ha transformado radicalmente la forma en que nos comunicamos, innovamos y creamos.
En este contexto, la inteligencia artificial, y en particular la IA generativa, ha emergido como una tecnología innovadora con un potencial revolucionario en diversos campos.
La IA generativa se refiere a sistemas capaces de generar contenido autónomamente, como imágenes, música o texto, sin intervención directa humana. Con ChatGPT a la cabeza como la forma más masiva y conocida de este tipo de tecnologías, esta herramienta ha abierto nuevas fronteras en el diseño, la comunicación y la creatividad, pero también ha planteado importantes interrogantes éticas y sociales.
Durante el evento, los participantes se han sumergido en los desafíos y las oportunidades que surgen de la intersección entre la tecnología y la creatividad. Se han abordado temas cruciales como la influencia de la IA generativa en la producción de contenido artístico, la automatización de tareas creativas y el impacto en el empleo.
Entre otras interrogantes que surgieron del debate, interpeló Bianchi a Barros acerca de si la inteligencia artificial limita o potencia nuestra creatividad. En tal sentido, de acuerdo a Barros, “toda tecnología es producto de la creatividad, y la creatividad, a su vez, permite enriquecer la tecnología”.
Además, se han explorado las necesidades de establecer límites éticos y salvaguardias adecuadas para evitar sesgos, censura y manipulación en el desarrollo y uso de la IA generativa.
A este respecto, Barros, con una mirada crítica sobre la tecnología, consultó a Topolanski sobre el hecho de que esta tecnología, desde el vamos, tenga una censura previa.
En tal sentido, desde su experiencia en la aplicación práctica de la inteligencia artificial y su implicancia en la dirección de comunicación y marketing, enfatizó en la importancia de utilizar la IA generativa de manera ética y responsable, evitando la manipulación de información y garantizando la transparencia en su desarrollo y uso.
Posteriormente, Barros cuestionó la posibilidad de que la tecnología reemplace completamente la habilidad y la originalidad de las creaciones humanas, pero también ha reconocido el potencial de la IA generativa para impulsar nuevos desafíos creativos y permitir a las personas explorar nuevas fronteras en el diseño y la comunicación.
A lo largo del debate, los expositores han enfatizado la importancia de regular adecuadamente la IA generativa para garantizar su uso ético y responsable. Se ha hecho hincapié en la necesidad de establecer salvaguardias y mecanismos de transparencia para evitar sesgos y manipulación en la generación de contenido.
Al mismo tiempo, se ha reconocido el potencial de la IA generativa para impulsar la creatividad y abrir nuevas oportunidades en el campo del diseño, la comunicación y la innovación.
En última instancia, el evento ha reafirmado la importancia de mantener una perspectiva humanizada en el desarrollo y aplicación de la inteligencia artificial. A medida que la tecnología avanza, es esencial preservar la empatía, la autenticidad y el contacto humano en nuestras interacciones. La IA generativa plantea desafíos éticos y sociales, pero también ofrece un potencial significativo para impulsar el progreso y la creatividad humana.
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