El fenómeno de la globalización ha transformado las relaciones económicas y sociales a nivel planetario, influyendo directamente en cómo se producen y transmiten mensajes entre culturas y comunidades muy diferentes entre sí.
La necesidad de crear discursos y narrativas para este nuevo contexto plantea desafíos inéditos para los profesionales de la comunicación. En este escenario, protagonistas como las ONG y los comunicadores globales ocupan roles cada vez más estratégicos.
En este artículo conoceremos mejor el impacto de la globalización en la comunicación intercultural, destacando sus principales herramientas, desafíos, oportunidades y ámbitos de acción.
Definición de globalización y sus efectos actuales
La globalización es un proceso dinámico mediante el cual el mundo se interrelaciona cada vez más, generando distintos grados de dependencia entre las naciones y sus ciudadanos.
En tal escenario, es imprescindible analizar qué es la globalización como fenómeno comunicacional humano y su impacto en la circulación acelerada de ideas, valores y significados que atraviesan incontables fronteras.
Este proceso ha generado distintos efectos. Según señala el Fondo Monetario Internacional en el artículo "Globalization Today" (2024), ha favorecido la construcción de redes globales de interacción. Los viajes internacionales, el acceso a medios digitales y las plataformas multilingües permiten que comunidades distantes compartan información, cultura y experiencias en tiempo real.
La globalización genera dinámicas de homogeneización cultural, donde ciertos símbolos y modos de vida prevalecen sobre identidades locales.
Este fenómeno se identifica con el concepto de McDonaldización, término acuñado por el sociólogo George Ritzer en su libro The McDonaldization of Society (1995), y actualizado en The McDonaldization of Society: Into the Digital Age (2020).
La McDonaldización consiste en extender a distintos ámbitos socioculturales los principios de funcionamiento de las cadenas de comida rápida: eficiencia, calculabilidad, previsibilidad y control. Esto simboliza la expansión global de valores culturales y económicos estadounidenses, causando el reemplazo progresivo de tradiciones y valores por conductas estandarizadas.
La comunicación intercultural permite actuar en este contexto dual, ofreciendo la oportunidad de promover el diálogo colectivo, preservar la interculturalidad y favorecer el enriquecimiento mutuo, pero también exige sensibilidad para evitar la imposición cultural.
Para lograrlo, es esencial incorporar conceptos como la competencia cultural, definida en la Declaración Universal de la Unesco sobre la Diversidad Cultural como la capacidad de comprender, interpretar y adaptarse a códigos comunicacionales distintos, promoviendo interacciones auténticas y respetuosas.
Asimismo, la globalización ha acelerado la digitalidad, mediando la comunicación con nuevas tecnologías y generando nuevos canales de interacción entre culturas, como las redes sociales, las videoconferencias o las comunidades virtuales.
Estos elementos facilitan el desarrollo de la interculturalidad, al tiempo que contribuyen a amplificar desafíos tradicionales como las barreras lingüísticas, las brechas digitales y los fenómenos de desinformación y fragmentación identitaria.
Entender qué es la globalización implica contemplar este cúmulo de cambios simultáneos que influyen directamente en cómo nos relacionamos, pensamos y nos comunicamos, tanto para transmitir e interpretar mensajes como para conectarnos con la diversidad cultural humana.
¿Te interesa la diversidad cultural en la comunicación?
Conocé la Licenciatura en Comunicación Global
Desafíos y oportunidades de la diversidad cultural
La diversidad cultural es una de las más evidentes consecuencias de la globalización, y conlleva tanto dificultades como oportunidades para la comunicación intercultural. Entender y gestionar sus particularidades es un conocimiento profesional estratégico indispensable para los comunicadores globales.
Los vínculos entre sociedades diferentes generan entornos donde conviven tradiciones locales, expresiones culturales globalizadas y nuevas formas de interacción intercultural. Esto amplía horizontes y enriquece las experiencias colectivas, pero presenta riesgos a la preservación de identidades culturales por la posible homogeneización cultural.
Por otra parte, en contextos donde los intercambios son cada vez más frecuentes por migraciones, relaciones comerciales o contactos digitales, puede ocurrir que las diferencias en normas, valores o estilos comunicacionales se conviertan en barreras.
- Te recomendamos leer: “Qué es la comunicación global y qué importancia tiene”
Según consigna la profesora Elwira Gross-Golacka (Universidad de Varsovia, Polonia) en su artículo "Globalisation and the Challenges of Managing Cultural Diversity: From Multiculturalism to Interculturalism" (2024), las organizaciones y comunidades multiculturales enfrentan desafíos como las distancias lingüísticas, los conflictos derivados de malinterpretaciones, la toma de decisiones y el establecimiento de canales de diálogo fluidos.
También se alerta sobre la invisibilización de prácticas culturales minoritarias frente a expresiones dominantes.
La diversidad cultural bien gestionada representa numerosas oportunidades estratégicas dentro de este complejo fenómeno que es la globalización.
Incorporando múltiples perspectivas culturales se puede potenciar la creatividad, fomentar soluciones innovadoras y fortalecer la cohesión social en entornos complejos.
En este sentido, el enfoque intercultural promueve el contacto cotidiano, el entendimiento mutuo y la cooperación activa, y ofrece ventajas significativas sobre modelos más fragmentarios o segregacionistas. Este paradigma propone no solo aceptar la diferencia, sino integrarla como recurso clave de desarrollo sostenible.
En el ámbito profesional y organizacional implica formar equipos con competencias interculturales para generar políticas inclusivas, adaptar las estructuras de comunicación interna y garantizar espacios seguros para la expresión identitaria.
El objetivo principal del enfoque intercultural no es borrar las diferencias, sino aprender a convivir con ellas de forma productiva, reconociendo que la pluralidad cultural puede fortalecer los lazos sociales cuando se apoya en el respeto, la escucha activa y el intercambio significativo.
A su vez, al cultivar los contactos entre culturas, no solo se incrementa el intercambio de valores y conocimientos, sino que también surgen tensiones socioculturales entre lo familiar y lo desconocido.
Estos escenarios generan dos tipos de respuestas psicológicas: una excluyente, basada en el miedo y la defensa identitaria, y otra integrativa, basada en el aprendizaje y la apertura a lo diferente. El desafío en estos casos es fortalecer las respuestas integrativas para promover la interculturalidad positiva.
La interacción y convivencia con distintas culturas amplía la creatividad y el pensamiento crítico, permitiendo que los individuos combinen perspectivas diversas.
Esto no solo resulta valioso en entornos comunitarios, sino que es ampliamente trasladable a ecosistemas laborales, productivos y organizacionales.
De todas maneras, aunque el acceso a contenidos globales puede enriquecer la experiencia cultural, también puede implantar modos de vida dominantes (como patrones de consumo o estilos comunicativos). Tener presente este riesgo ayuda a entender mejor qué es la globalización, considerando sus beneficios y desventajas por igual.
Ante estos desafíos, la labor de los comunicadores globales debe hacer énfasis en los siguientes aspectos:
- Desarrollar competencias culturales: cultivar y enriquecer la capacidad profesional de comprender, respetar y responder de modo efectivo a códigos y valores distintos a los habituales en contextos cotidianos.
- Fomentar el respeto por la identidad local: adquirir las habilidades y destrezas necesarias para diseñar y transmitir mensajes que integren valores globales sin excluir las manifestaciones culturales propias.
- Aprovechar la hibridación cultural: esta confluencia de elementos diversos es un recurso creativo indispensable que permite integrar prácticas y simbolismos de distintos orígenes para enriquecer las estrategias comunicacionales y sus implementaciones.
- Desarrollar estrategias para organizaciones que no tienen fronteras: a partir de una comprensión acabada del contexto y del manejo de herramientas disciplinares para actuar de manera transformadora sobre la realidad.
La diversidad en la comunicación intercultural, alimentada por la sensibilidad y el conocimiento adecuados, tiene el potencial de convertirse en un puente que conecta y fortalece sociedades e identidades únicas.
La globalización plantea retos y oportunidades que transforman profundamente la forma en que las culturas se comunican.
Comprender este fenómeno y sus implicancias permite a los profesionales de la comunicación actuar con sensibilidad, creatividad y responsabilidad en un entorno cada vez más interconectado, donde la diversidad cultural no solo es un dato de la realidad, sino un valor estratégico para el diálogo y el desarrollo humano.
¿Te interesa la diversidad cultural en la comunicación?
Conocé la Licenciatura en Comunicación Global