Sobre tal escenario, el 21 de marzo, en el Auditorio de la Facultad de Comunicación de la Universidad ORT Uruguay, tuvo lugar el coloquio Cuplé de actualidad: ¿hasta dónde se anima el carnaval hoy?
El evento reunió a diferentes figuras y referentes del mundo de la comunicación, la cultura y el derecho, para debatir sobre los límites del carnaval, la censura y el rol de las autoridades en el desarrollo de esta fiesta popular. Aquí algunos de los conceptos clave en el debate.
La libertad de expresión y los límites del carnaval
¿Han cambiado los criterios? ¿Qué papel juegan las autoridades y agrupaciones en los contenidos de las letras? ¿Los autores se autocensuran? ¿Hasta dónde se anima el carnaval de hoy?
Partiendo de estas interrogantes, el panel, integrado por el abogado y periodista Marcelo Fernández, comentarista del programa Pasión de Carnaval (VTV); Eduardo Rigau, autor y letrista de carnaval; Carlos Negro, fiscal especializado en crimen organizado; y Virginia Silva, Master of Science in Journalism por la Universidad de Boston y coordinadora académica de Comunicación en la Universidad ORT Uruguay, intercambiaron diferentes puntos de vista bajo la moderación del periodista Jaime Clara.
Como punto de partida, el encuentro comenzó con un breve repaso de los orígenes del carnaval, desde sus formas primigenias a las primeras manifestaciones del carnaval como tal, en la Edad Media, donde la sátira, el humor y la libertad aunaban todo tipo de permisividad acompañada por los placeres de la carne.
Los difusos límites regulatorios de este contexto se extendían aún más desde el anonimato de los disfraces y, tanto la justicia como el poder eclesiástico —para entonces inseparados—, no solo no ofrecían objeción, sino que también eran parte de la fiesta y gozaban de las mismas licencias jurídicas. Un encuadre donde todo estaba permitido, algo inimaginable en el presente.
Consultado al respecto, el fiscal Negro destacó que si bien un encuadre semejante sería simplemente imposible de traspolar al mundo contemporáneo y las leyes del siglo XXI, el caso particular de Uruguay refleja “un muy amplio régimen legal y constitucional (...) respecto al alcance de la libertad de expresión”. A este respecto, añadió:
La libertad de expresión es el único de los derechos que la constitución aclara que es enteramente libre (...). Esto es, ya desde el punto de vista normativo, pero también simbólico, una categorización de la libertad de expresión muy potente para lo que luego va a ser el régimen legal que tiene la regulación de la libertad de expresión y sus límites.
¿El carnaval cambió?
A este respecto, Eduardo Rigau —quien cuenta con más de 40 años de experiencia en el mundo creativo del carnaval— hizo especial hincapié en la transformación de la poética carnavalera y en cómo esta no solo acompañó los cambios sociopolíticos y culturales que, al unísono, fueron desarrollándose durante las últimas décadas en las estructuras de la identidad uruguaya, sino que la definió como un resultado natural de estos cambios. En este sentido, Rigau señaló:
(...) el carnaval cambió porque cambió la vida, porque cambió el modernismo, la tecnificación y la tecnología, todo. Cambiamos nosotros, los seres humanos, la sociedad.
Asimismo, Rigau aclaró que ciertas formas de componer y hacer humor en carnaval, aún hoy, siguen respondiendo a formas más rudimentarias y anacrónicas de hacer reír. Y estas formas aún persisten, justamente, porque también encuentran en la sociedad contemporánea a receptores activos, aunque, afortunadamente, son una minoría.
Aún “hay humoristas que escriben paseándose por el borde del precipicio, que es un humor que en el carnaval sigue teniendo gente (...), con formas cercanas lo soez, la doble intención subida de tono, aquello que roza lo chabacano, pero que también es bueno entender que la gente se divertía muchísimo con esta forma de humor en los 80 y 90 (...) hablar del humor de antes y del humor de hoy, es difícil”, refirió también Rigau.
Igualmente, Rigau reconoció esta evolución en su propia escritura y en sus capacidades creativas al reconocer que hoy, al revisar sus producciones de ese entonces, no encuentra punto de diálogo alguno con su actual concepción del humor.
En relación con la anacronía y los cambios a lo largo de la historia contemporánea del carnaval, el periodista Marcelo Fernández retomó el concepto central: “todos somos productos de un contexto. Lo que ha cambiado no es el carnaval, lo que ha cambiado es la sociedad”.
Polémicas en carnaval: los casos de Larrañaga y Laura Raffo
En este contexto, y tras abordar tópicos como la censura, la denominada “corrección política” y la discriminación sobre las tablas, se recordaron dos recientes y polémicos episodios en el carnaval: los ocurridos con el exsenador Jorge Larrañaga y la economista Laura Raffo.
En tal sentido, el panel coincidió en que ambos fueron exabruptos que excepcionalmente han salido del curso natural de las diversas formas en las que suele desarrollarse el humor en carnaval y que, más allá de tratarse de situaciones puntuales y atípicas que no caracterizan a esta fiesta popular, plantean la problemática de cuáles son los verdaderos límites.
Sin embargo, Negro destacó que, en el caso de Raffo, hay “claramente una injuria y lo que hace el murguista es agraviar a la persona. Es un caso donde hay real malicia y si se hubiera judicializado y llegado —por voluntad de Raffo— a la justicia, esta habría tenido que actuar”, hecho que no ocurrió ya que la economista decidió no hacer una denuncia.
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