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Día Internacional de la Fotografía: Leo Barizzoni repasa seis momentos

19/08/2022
En 1839, un 19 de agosto, en Francia se daba a conocer el daguerrotipo, un novedoso aparato que permitía “fijar” imágenes sobre una placa de cobre. Es así que cada 19 de agosto se celebra el Día Internacional de la Fotografía y, en esta ocasión, desde la facultad repasamos algunas fotografías tomadas por el docente Leo Barizzoni.
*Leo Barizzoni*

Leo Barizzoni empezó a estudiar fotografía en 1993 y a trabajar en el rubro al año siguiente. Formó parte del equipo del diario La República, la revista Tres y se desempeñó como jefe de Fotografía de la revista Galería de Búsqueda.

Tiene más de una decena de exposiciones en su haber, tanto en Uruguay como en el exterior. También ha participado de muestras colectivas en nuestro país, así como en Buenos Aires, Nueva York, Washington, Corea y Bruselas. Además, publicó varios libros: Imágenes caminantes (2005), Boliches montevideanos (2005, en coautoría con Mario Delgado Aparaín y Carlos Contrera), Uruguayos (2008), Buitres… el cielo puede esperar (2010), Fútbol (2014) y Escaleras del Uruguay (2021).

Desde el año 2000 es docente en la Universidad ORT Uruguay, específicamente en la Licenciatura en Comunicación, donde los estudiantes descubren sus primeras herramientas a nivel visual, mediante un trabajo teórico-práctico.

Con la excusa del Día Internacional de la Fotografía, invitamos a Barizzoni a que repase en primera persona unas pocas fotografías —de las muchísimas— que ha tomado durante su carrera, con algún valor agregado para él, tanto desde lo personal como desde lo profesional.

Montevideo

La primera foto que Barizzoni comparte es de sus inicios como profesional, cuando aprovechaba su único día libre para recorrer Montevideo a pie junto a su cámara.

*Una de las primeras fotografías de Leo Barizzoni en Montevideo.*

“Esta foto la saqué en 1995. Trabajaba seis días en la semana y en mi libre salía prácticamente todo el día a vagar por ahí, a fotografiar.

Me parece que hay una etapa primaria en la fotografía, como muy fermental, cuando uno empieza a tomar las primeras fotografías. Yo recuerdo que tenía un gran entusiasmo por la fotografía —por suerte lo mantengo—. No hablo solo por mí, sino en general, me parece que en esas etapas cualquiera que salga a fotografiar tiene que tener mucho tiempo para andar caminando por ahí. Justamente, si uno tiene mucho tiempo es que las imágenes empiezan a aparecer.

Como esos primeros años yo estaba muchísimo en la calle, tanto por el trabajo como en mis días libres, tenía más posibilidades de encontrarsme con situaciones graciosas o duras o lo que fuera. Esta fotografía me lleva a esa primera etapa en que recorría prácticamente Montevideo caminando en busca de una imagen”.

París

Cautivado por la capital francesa, viajó durante el año del Mundial de fútbol pero quiso retratar la ciudad “lo más pura posible”.

*Ile de la City en París*

“Fui a Paris en 1998, acompañé a mi padre que era comentarista deportivo,  pero no a fotografiar el Mundial. Fui con una cuestión en la cabeza: desde que empecé a estudiar, los primeros fotógrafos que conocí eran todos franceses y, si bien nunca tuve nada de cultura francesa, enseguida encajé perfectamente con ese estilo francés de fotografiar. La fotografía nace en Francia, es un país muy importante para la fotografía y yo quería conocer París, quería fotografiarlo.

Estuve dos meses ahí, exclusivamente fotografiando, el Mundial me pasó en paralelo. Yo quería tener un París lo más puro posible. Quería fotografiar la esencia del país, caminé muchísimo, fotografié muchísimo. Realmente siento que a París lo tengo totalmente fotografiado, incluso más que a Montevideo.

Esa foto en particular, con las tres chicas de espaldas en Ile de la City, me parece que es un resumen de lo que yo he visto en la capital francesa, esa cuestión de que, por más modernidad que haya, se conserva esa cuestión clásica”.

El fotógrafo de Gardel

Entre admiración y curiosidad, Barizzoni accedió a hacerle un reportaje a José María Silva. Y consiguió la foto de la foto, o mejor dicho, la foto del fotógrafo de Carlos Gardel junto a la foto más conocida de El Mago.

*José María Silva, el fotógrafo de Carlos Gardel.*

“Fue un fotógrafo muy conocido, tenía un estudio donde fotografiaba a novias, a niños, pero a José María Silva se lo conoce porque fue el fotógrafo de Gardel. La foto más famosa de Gardel, donde tiene el gacho, la tomó él; era el fotógrafo preferido de Gardel, cuando venía a Uruguay se fotografiaba siempre con él porque lo hacía mejor (que nadie).

En ese momento, yo trabajaba en revista Tres y propuse hacerle un reportaje, así que durante tres semanas fui a su casa. En esta fotografía él tenía 100 años, me hizo un recorrido por toda su casa, mostrándome sus cámaras, mostrándome fotografías; realmente yo estaba fascinado.

En un momento le dije que quería fotografiarlo con algo de Gardel y me dijo, ‘bueno, voy a ver si tengo algo en el garage’. Lo esperé y lo escuché subir, cuando abrió la puerta me di cuenta de que traía un cuadro con la foto famosa de Gardel y lo empecé a fotografiar.

Esta foto, donde no se sabe si está apagando o prendiendo la luz del garage, fue un momento casual. Para mí es muy importante porque él realmente fue un fotógrafo muy importante y también una ternura de persona.”

Fútbol

Hijo del reconocido periodista deportivo Cacho Barizzoni, el fútbol para Leo siempre fue parte de su vida. Jugó hasta los 21 años sin llegar a debutar en primera y, en el 2014, retomó esta pasión pero desde atrás del lente, publicando su libro Fútbol.

*Fútbol en Las Flores.*

“Toda mi vida, toda mi infancia estuvo vinculada al fútbol, el Estadio Centenario era como mi segunda casa, yo iba desde muy chiquito, sábados y domingos, a hacer compañía a mi padre, a mirar tanto a Peñarol como a Nacional; conozco cada rincón del estadio.

Me reencontré un poco con el fútbol a través de la de la fotografía y quise hacer una serie, pero sobre el fútbol en la cotidianidad, en la sociedad, en los diferentes países, tanto en Montevideo como en Nueva York, como en París, como en Buenos Aires, como en España, en donde sea, siempre hay una pelota y alguien jugando, un chico, una chica, mayores, menores, siempre la pelota como hilo conductor de toda esta historia.

Esta fotografía me parece que la tomé en Las Flores y es un buen resumen de lo que es el fútbol. Son tres palos atados, una pelota y la felicidad”.

El ballet del Sodre

Cuando el maestro de ballet Julio Bocca asumió la dirección artística del Ballet Nacional del Sodre, en 2010, Leo Barizzoni estaba allí para registrarlo. De hecho, durante los siete años de la gestión de Bocca, Barizzoni hizo un seguimiento fotográfico, desde cero hasta lo que es el ballet hoy en día.

*María Noel Ricceto en el Teatro Colón de Buenos Aires.*

“Tengo el orgullo de haber hecho todo el seguimiento de Julio Bocca cuando estuvo acá, desde el momento en que todavía no estaba nada listo en el Sodre, no estaban las salas, todo era hormigón, había ladrillos… Empecé a hacer como un reportaje de toda esa evolución. Si uno lo vivía desde adentro, fue una enseñanza, cuerpo a cuerpo con cada una de las bailarinas y de los bailarines, como para llegar a la profesionalización total, a ser una compañía totalmente top a nivel mundial.

Esta fotografía, de María Noel Ricceto bailando, saltando, siempre la vi como una foto-símbolo, que representa toda esa perfección que logró Julio Bocca en el ballet. Además, es de la primera vez que el ballet del Sodre bailaba en el Colón de Buenos Aires. Me parece como muy simbólica para esa estadía de Julio Bocca acá, que llevó el ballet uruguayo a un nivel muy superior, que hoy en día se mantiene”.

Buitres

Primero admiró a Los Estómagos y luego a Buitres. No duda que este es un caso donde la fotografía le permitió a acceder a lugares “nunca pensados”: fotografiar a la banda por dentro.

*Gabriel Peluffo, vocalista de Buitres*

“Muchas veces, la fotografía te da la posibilidad de entrar a lugares que en ningún momento me hubiese imaginado y este es un caso: hoy en día hace 25 años que vengo fotografiando a la banda por dentro.

La primera foto que tengo es del año 1997, los fui siguiendo año a año por shows, ensayos, giras por el interior, giras por Buenos Aires, grabaciones de disco en Buenos Aires y Montevideo. Me relacioné con Buitres desde la fotografía. Para mí es un honor tremendo porque se conjuga esa cuestión de admiración total con formar parte, por unos segundos, o poner un granito de arena, pero siempre por dentro; no solo en los shows que es lo que ve todo el mundo, sino que lo lindo de la fotografía también es contar lo que sucede atrás de escena.

Ya pasaron tantos años que uno tiene cierta familiaridad y cierto grado de amistad. Y fue la fotografía la que me lo permitió”.

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