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“La pandemia nos requirió un compromiso triple con nuestro oficio”

07/08/2020
Evelyn Einhorn, egresada del Master en Educación y docente de la Facultad de Comunicación y Diseño de ORT, contó su experiencia tras defender la tesis de forma virtual y compartió sus reflexiones sobre el postgrado.

Hace cinco años que es docente de las materias Fundamentos de las Relaciones Públicas y Comunicación para el Desarrollo Humano en la Facultad de Comunicación y Diseño de la Universidad ORT Uruguay. Asimismo, es el tercer año que forma parte del equipo de Comunicación Institucional del Colegio y Liceo Hans Christian Andersen, donde también cumple un rol de referente y articuladora desde la adscripción del liceo.

En medio de la pandemia, ¿cómo fue la experiencia de defender tu tesis de forma virtual?

La verdad es que fue una experiencia bastante distinta en relación a una defensa presencial. Debo confesar que estaba muy nerviosa, más de lo que suelo estar para instancias de esta índole.

Por un lado, tenía a favor que vengo trabajando a través de Zoom desde hace tres meses, por lo que no era una plataforma nueva para mí y podía manejarme con facilidad. Por otro lado, una de mis fortalezas suele ser la comunicación interpersonal y siento que, en la presencialidad, a través del lenguaje corporal y la frescura de estar in situ, logro expresarme de forma más asertiva y efectiva. Particularmente, solamente conocía a uno de los miembros de mi tribunal y, en ese sentido, siento que la presencialidad hubiera facilitado la conexión.

Me resultó bastante extraño estar culminando un proceso tan importante desde mi casa, en solitario y sin la magia de la interacción presencial, tan propia de la educación. De todas formas, es grandioso cómo las tecnologías nos permiten hacer posible estas instancias, a pesar de la pandemia.

En cuanto a las ventajas, para muchos, hacerlo de forma virtual permitía un mejor control de los tiempos al momento de hacer la exposición y una mayor apoyatura de material para realizar la presentación.

Asimismo, hay para quienes el hacerlo en su propio hogar u oficina les puede resultar beneficioso para sentirse más cómodos o confiados. Y en relación a los desafíos, creo que tienen que ver con lograr el equilibrio entre lo formal (o protocolar) con la calidez, para contrarrestar la distancia física.

La pandemia llegó y puso todo patas para arriba: cambió la rutina de todos, truncó o modificó planes, nos enfrentó con la incertidumbre más que nunca y, especialmente, a los que trabajamos en educación, nos requirió un compromiso triple con nuestro oficio

¿Cómo ha sido el hecho de terminar de preparar el trabajo final en dicha situación? ¿Cambió en algo el proceso que venías realizando a lo largo del semestre?  

Honestamente, fue muy complejo. Uno cuando hace este tipo de trabajos se arma un cronograma con fechas tentativas para ir cumpliendo con cada tarea. Desde mi rol de adscripta, mi prioridad pasó a ser que no se me “pierda” ninguno de mis estudiantes, poder facilitar todo lo que estuviera a mi alcance para que lograran continuar sus procesos de aprendizaje. Pero, a su vez, velar por su equilibrio emocional.

Asimismo, por ser un articulador entre los distintos actores institucionales, mi función de puente se redimensionó de forma virtual. Y, particularmente, por mi formación y juventud, mi alfabetización digital es alta. Por lo que tuve que colaborar muchísimo para capacitar a todo el equipo educativo para que el plan de contingencia –en este caso, la educación a distancia– se ponga en marcha de forma veloz y, además, eficaz.

Entonces, estando en pleno proceso de culminación de mi tesis, donde justamente los resultados arrojaron la relevancia del rol del adscripto en la educación secundaria actual, como valor agregado en la propuesta educativa y como hilván institucional, por ética y vocación, mi prioridad estaba allí. Como expresa Edgar Morín, en contextos altamente cambiantes y complejos, debemos ser “archipiélagos en medio de océanos de incertidumbres”.

Las primeras semanas trabajé 24/7. Luego, cuando el cambio se logró instalar y todos nos adaptamos, pude reorganizarme y focalizar nuevamente en la tesis, obviamente, replanificando… Pero, bueno, la flexibilidad es una de las competencias del siglo XXI, así que todo fue aprendizaje.

¿Cuál fue tu motivación para seguir estudiando y formándote?  

La vocación demoró unos años en revelarse ante mí… Mi formación de grado es de Licenciada en Comunicación Corporativa. Pero, hace cinco años aproximadamente, volqué mi profesión al ámbito educativo.

Cuanto más me fui involucrando en la educación, más me fui enamorando de este oficio y encontrando los puntos de intersección con la comunicación, principalmente, desde la óptica de la comunicación para el desarrollo humano.

Me fui formando con la experiencia y de forma autodidacta en este recorrido, pero siempre supe que en cuanto pudiera, quería formalizar esa formación… Y así llegué al Master en Educación, en la búsqueda de un desarrollo profesional de mayor solidez y con una gama de recursos técnicos que me posibilitaran mejores abordajes educativos.

¿Qué es lo que has aprendido o cuál es el conocimiento más valioso que te llevás del postgrado?

Tengo una valoración sumamente positiva. Y siempre recomiendo el Master en Educación. Creo que está muy bien diseñado. En su formato semipresencial, es exigente, pero a la vez amigable con la realidad laboral de quienes lo realizan.

Considero que, en términos generales, hay una muy buena selección de materias, seminarios y abordajes. Otra fortaleza es el hecho de que se trabaje con la mirada en el proyecto final desde el primer semestre.

Y, sin dudas, el mayor acierto son los profesionales con los que cuenta en el plantel docente, tanto nacionales como internacionales. A su vez, toda la formalidad, prolijidad y organización que tiene ORT es algo a destacar. En mi caso, no fue una novedad porque ya fui estudiante y docente, pero era algo que a la mayoría de mis compañeros los tenía asombrados.

Las instancias presenciales de intercambio, debate y pienso colectivo con los docentes y el grupo, sumamente variopinto, acerca de la educación, fue lo que más valoré durante el proceso

Las asignaturas que más disfruté fueron Teorías de la Enseñanza, Contextos Emergentes para el Aprendizaje, Gestión de Procesos de Desarrollo Organizacional y los dos seminarios que fueron un tesoro: uno sobre políticas educativas con el Dr. Jason Beech y otro sobre currículum con la Dra. Flavia Terigi.

En tu trabajo, ¿qué aspecto considerás que vas a poder mejorar o potenciar, gracias a haber realizado la maestría?

Ya lo estoy haciendo desde que comencé a cursar el Master. Creo que esta formación me dio muchos insumos y sustentos teóricos para muchas de las ideas y concepciones previas que tenía sobre la educación. Siento que el Master me fortaleció como profesional y que, de alguna manera, me ayudó a precisar cuál era mi perfil profesional y educativo.


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