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Ver un Mundial desde el lente de una cámara

23/05/2018
Un viaje a Machu Picchu y otro de seis meses al sudeste asiático bastaron para que Marcelo “Pájaro” Singer, entonces de 26 años, dejara de ser director de su propia empresa de informática para adoptar la fotografía como profesión.

A aquellos viajes le siguieron muchos otros: África, Medio Oriente y Latinoamérica. Durante años fue mochilero y, otros tantos, fotógrafo. Hasta que en 2004 se volcó de lleno a trabajar con sus cámaras para prensa, cine y publicidad.

Sus primeros trabajos fueron para El Observador y como colaborador permanente en Espectador.com; luego siguieron otros medios locales, varios extranjeros, agencias, productoras y también organismos internacionales como Unicef.

Sin embargo, su ojo se enfoca especialmente cuando registra a la Selección Nacional. El vínculo con la Celeste empezó en las Eliminatorias de Sudáfrica en 2010, que finalmente lo llevaron al Mundial y marcaron el comienzo de una historia que derivó en una exposición de fotos que recorrió Uruguay y otros países del mundo y en un libro que las recopila: Más Cerca del Cielo.

El título surgió de lo que sintió en el avión de regreso a Uruguay, cuando los pasajeros se unieron arengando a los jugadores de la selección que volvían para recibir el abrazo de un país entero.

Desde entonces, cubrió a Uruguay en Eliminatorias, lo fotografió campeón de América en Argentina 2011, fue al Mundial de Brasil en 2014, estuvo en la China Cup este año y ahora se prepara para viajar a Rusia.

Marcelo estudió informática y es Técnico en Realización Audiovisual de la Universidad ORT Uruguay, y además de sus trabajos en fotografía dirige DIPIA, un emprendimiento dedicado a promover y dar impulso a los espacios de exposición para artistas nacionales.

¿Cómo llegaste a cubrir Sudáfrica 2010?

Llegué a Sudáfrica en una historia un poco particular, ya que fue una decisión de último momento. África está en mi corazón desde hace años, cuando viajé por el continente varios meses como mochilero en el sur y en el este. Luego, en 2009, año previo al Mundial, crucé el Sahara, en el oeste de África. No iba a ir hasta que surgió la posibilidad a último momento y me embarqué en una aventura individual con la enorme ayuda de varias partes para poder estar ahí y trabajar. Luego, pasó lo que pasó... y estaba ahí.

¿Qué particularidad tiene fotografiar un deporte como el fútbol? ¿Qué aspecto te gusta más de esa tarea?

Fotografiar fútbol, o cualquier deporte de velocidad, te desafía permanentemente. Todo pasa muy rápido y la atención que requiere es infinitamente más alta que la que necesito cuando trabajo a nivel social, empresarial o en un estudio donde hay margen para controlar o repetir en caso de que salga algo mal. En el fútbol todo pasa tan rápido que uno va haciendo fotos, no solo de lo que ve, sino también de lo que intuye que va a pasar. ¡Ahí están las mejores fotos!

¿Cuál ha sido tu proyecto más reciente vinculado a la selección?

Recientemente trabajé junto a (la fotógrafa) Pata Torres para producir la imagen de los jugadores y cuerpo técnico que hoy se ven en las figuritas del álbum del Mundial (¡mi hijo las colecciona!), en la prensa y en artículos varios.

¿Qué tienen en común los trabajos que hiciste para el Mundial de Sudáfrica en 2010, la Copa América 2011, el Mundial de Brasil en 2014 y la China Cup este año?

Llegué a la fotografía a través de los viajes, porque durante años me dediqué a recorrer el mundo. Los torneos que fueron surgiendo en ese camino y a los que tuve la suerte de ir y fotografiar tienen como puntos en común la pelota y lo que sucede alrededor de ella, en cuanto al juego, a la producción del evento, los estadios, etc.

Pero por otro lado, también tienen puntos bien diferentes si miramos el lado humano, cultural y geográfico de cada lugar. Por eso, entre partido y partido, trato de volver a mis épocas de mochilero y hacer un poco de turismo social en cada lugar.

¿Qué momento de tu cobertura mundialista te quedó grabado?

El partido de Uruguay y Ghana. De ese día me acuerdo de todo.

Siempre intento cubrir el ataque de Uruguay, así que cuando pasó la jugada de la mano de (Luis) Suárez (en el arco de Muslera) yo estaba del otro lado de la cancha.

Era el último minuto. Iban a tirar un tiro libre de la derecha y empecé a fotografiar la jugada desde que empezó porque me imaginé que algo iba a pasar, bien a lo uruguayo.

Usualmente, para fotografiar una jugada hago una ráfaga de cinco o seis fotos, pero esa vez no pude parar. Fueron más de 70 fotos porque la jugada duró mucho y yo no paraba de disparar. Un cabezazo y otro cabezazo, y en un momento pasó algo que no pude ver qué fue porque seguí disparando. Después vi la tapada de Suárez en la foto.

Al poco rato empezaron los penales, que sí fueron en el arco donde yo estaba. Cuando pateó Abreu dije “está pasando, estoy acá”. Era algo increíble, y de hecho después fue catalogado como el partido más emocionante de la historia de los mundiales.

¿Qué tiene de especial Rusia 2018?

Es un país que no conozco. Además está la sensación de que hay un sentir común por la selección. El equipo nos une y tenemos posibilidades.

¿Cómo se prepara un fotógrafo profesional para cubrir un Mundial?

Depende del trabajo que vayas a realizar. A diferencia de los fotógrafos freelance, los que trabajan en agencias o medios tienen muchas cosas resueltas, como traslados, vuelos y hotelería. Después la tarea consiste en preparar el equipo, chequear todo y, usualmente, aprovechar para hacer la compra de esa cámara, ese lente o accesorio que hace tiempo mirás con ganas.

¿Y cómo es el procedimiento para cubrir un partido?

Como fotógrafo tenés una acreditación general que te permite entrar al sistema de FIFA y solicitar pases para cada partido. Luego podés pedir cancha o tribuna. En la cancha, los espacios se piden por orden de llegada y de prioridades, y cada lugar está ocupado por una silla numerada.

Los fotógrafos de agencias internacionales tienen prioridad, luego le siguen los medios nacionales de los países que juegan ese partido, después los medios nacionales de los que no juegan ese encuentro y el finalmente el resto. Los mejores lugares son atrás de los arcos, pero hacia los corners, porque desde allí tenés más rango de tiro.

Durante los mundiales, marcas como Nikon y Canon suelen prestar equipos a los fotógrafos acreditados para los partidos: eso para un freelance como yo es genial. Tirás con cámaras que nunca podrías comprar.

Ahora estoy en plena fase de preproducción de todo: cerrando vuelos, buscando alojamiento y con quién compartir; buscando clientes donde colocar mi trabajo y prendiendo velitas para que a Uruguay le vaya muy bien.

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