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Cortometraje: cómo crear una narrativa visual en pocos minutos

En este artículo conoceremos qué elementos definen a un cortometraje, sus procesos clave de producción y por qué es un recurso ineludible para cualquiera que aspire a dominar el lenguaje audiovisual.

Cortometraje

El cortometraje ha demostrado que el cine no siempre necesita de dos horas para contar una gran historia, consolidándose como un potente formato de expresión artística y narrativa en pocos minutos.

Un cortometraje reúne síntesis, técnica y creatividad para contar historias memorables con menos tiempo y recursos que los requeridos para producir un largometraje.

¿Qué es un cortometraje y qué lo distingue?

El cortometraje es un formato audiovisual que se define principalmente por su duración, como su nombre lo indica: según el reglamento de la Academy of Motion Arts and Sciences (institución que otorga los Premios Óscar), un cortometraje tiene una duración inferior a los 40 minutos, aunque en Uruguay su duración máxima es de 30 minutos.

La fortaleza de los cortometrajes está en poder contar una historia con recursos limitados, reduciendo costos de contratos, equipos y locaciones respecto a las películas de larga duración.

No existen diferencias creativas ni profesionales en su producción, pues utiliza los mismos procesos que un largometraje, solo que con menor extensión de la historia.

Así, es la alternativa perfecta para cineastas emergentes, permitiéndoles desarrollar sus ideas de forma rápida y económica.

Más allá de su brevedad, un cortometraje es una película completa en sí misma.

Por otra parte, realizar un cortometraje no siempre responde a la falta de recursos materiales o la escasez de tiempos. Su elección puede tener motivaciones artísticas, creativas y narrativas, que no necesiten más de 40 minutos para expresarse.

Igualmente, los cortometrajes son importantes para la industria cinematográfica. Muchos estudios los utilizan como "prueba de concepto" para testear nuevas tecnologías y estilos visuales, o para mostrar a los ejecutivos la visión del director en un futuro largometraje.

Para directores y productores emergentes, un cortometraje puede ser una carta de presentación invaluable, que ayude a construir un currículum sólido y muestre sus habilidades en acción.

La importancia del storyboard

Un storyboard bien desarrollado es una herramienta fundamental en la producción de un cortometraje o cualquier otra obra audiovisual.

Se trata de una planificación meticulosa que ha sustituido en gran medida al guion técnico tradicional, y que sirve como referencia para que todo el equipo de trabajo conozca la visión creativa del proyecto, ayudando a optimizar recursos y garantizando un producto final coherente.

El proceso para crear un storyboard comienza mucho con el análisis del guion para identificar y desglosar los momentos clave de la historia que deben representarse visualmente. Una vez definidos, se procede a plasmarlos en bocetos miniatura (thumbnail sketches), con diseños sencillos para explorar la composición y el encuadre de cada escena.

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Estos bocetos iniciales se transforman luego en paneles detallados con dibujos más elaborados que incluyen toda la información necesaria para el equipo. 

Un storyboard efectivo debe incluir determinados elementos para garantizar la fluidez de la producción:

  • Paneles visuales: bocetos que representan cada toma importante del cortometraje.
  • Notas y detalles: información sobre ángulos de cámara, tipos de tomas, movimientos de cámara y acciones de los personajes.
  • Diálogo y sonido: fragmentos de diálogo o efectos sonoros presentes en la toma.
  • Numeración y duración: cada panel está numerado para mantener el orden, indicando la duración ideal de la toma.
  • Trabajo especializado: el storyboard es ideal para señalar dónde se necesitarán efectos visuales o trabajo de especialistas en el set.

El director, el asistente de dirección y el director de fotografía son quienes se encargan de configurar el storyboard, aunque otros miembros del equipo pueden realizar aportes y ajustes en función de sus participaciones y pertinencia.

Así, el storyboard se constituye como un plan de trabajo, con las especificaciones para que la visión creativa del director pueda llevarse a cabo en el set.

Actualmente, el uso de software especializado permite a los creadores generar paneles visuales directamente desde sus guiones digitalizados, colaborando con su equipo en tiempo real y agilizando la producción sin perder precisión técnica.

El storyboard es la herramienta clave para definir los detalles y la estructura del proceso de producción, creando la hoja de ruta que transforma una idea en un cortometraje exitoso.

Producción ágil y trabajo en equipo

La producción de un cortometraje, como cualquier proyecto cinematográfico, depende en gran medida de un enfoque colaborativo y una gestión eficiente del equipo.

Es necesario mantener un flujo de trabajo ágil, donde la adaptación y la colaboración sean constantes, especialmente al trabajar con recursos limitados. Cómo se construye y organiza el equipo puede determinar el resultado final del proyecto.

El proceso de conformación del equipo no se trata solo de encontrar personas idóneas en sus tareas, sino de fomentar una visión compartida y establecer una comunicación clara, para unificar criterios, conservar un buen ambiente laboral y minimizar impactos negativos.

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Un buen director o productor debe articular su visión de la película para que cada persona entienda su rol dentro de la producción, asegurando que todos trabajen hacia el mismo objetivo creativo.

El éxito de una producción ágil y efectiva se basa en la definición clara de roles y en la confianza mutua. Aunque el equipo de un cortometraje suele ser reducido, cada miembro tiene una responsabilidad específica:

  • Director: lidera la visión creativa.
  • Productor: se encarga de la logística y la coordinación.
  • Director de fotografía: define el encuadre y el manejo de la cámara para lograr el estilo visual de la película.
  • Director de arte: responsable de la apariencia estética general de la producción, incluyendo el diseño y la construcción de decorados, la utilería y el vestuario.
  • Asistente de dirección: se encarga de la organización y el cronograma del rodaje, asegurándose de que la filmación se cumpla en tiempo y forma.
  • Sonidista: asegura la calidad del audio en el set.
  • Editor: aunque no participa en el rodaje, su rol es fundamental para ensamblar el metraje y definir el ritmo narrativo.

Determinar claramente estos roles y sus alcances fomenta la eficiencia, reduce la mala comunicación y permite que cada uno se enfoque en su oficio, elevando la calidad final del proyecto.

Asimismo, la resolución colaborativa de problemas en el set y las reuniones periódicas de coordinación también son cruciales para mantener al equipo alineado, construyendo una comunicación efectiva y fluida.

El éxito de un cortometraje depende enormemente de saber aprovechar el talento de cada persona, transmitiendo al equipo una visión clara en la que todos trabajen juntos para lograr un producto final pulido y profesional.

Edición y sonido como herramientas narrativas

En un cortometraje, donde cada segundo cuenta, la edición y el diseño de sonido se constituyen en herramientas narrativas esenciales.

Ambos elementos trabajan en conjunto para potenciar la historia, compensando la falta de tiempo con un trabajo meticuloso que enriquece la experiencia del espectador y eleva el impacto emocional del relato.

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La edición: el arte de la síntesis

La edición permite transformar un material bruto en una historia convincente y concisa. En un cortometraje, la principal habilidad del editor es la síntesis, para mantener la claridad y los objetivos de la narración, eliminando aspectos superfluos.

El editor trabaja con el director desde la preproducción para interiorizarse en el guion y entender la visión, el ritmo y los matices de la historia. Una vez iniciada la postproducción, la edición moldea la narrativa considerando factores como:

  • Ritmo dinámico: los cortometrajes suelen requerir transiciones rápidas y un estilo de edición ágil que mantenga al espectador comprometido sin apresurar la historia.
  • Desarrollo de personajes: con poco tiempo en pantalla, la edición debe aprovechar el lenguaje visual, los diálogos concisos y las escenas enfocadas para revelar rasgos y motivaciones de los personajes con rapidez y efectividad.
  • Narración visual: el editor debe aprovechar cada toma, utilizando el subtexto y las metáforas visuales para agregar profundidad a la historia. Una toma bien colocada o una secuencia editada perfectamente pueden transmitir mucho con poco.
  • Final memorable: las elecciones de edición en las escenas finales son esenciales para generar un impacto emocional o intelectual, ya sea con un giro de trama, una resolución contundente o una conclusión abierta.

El sonido: la capa invisible de la historia

El diseño de sonido es la disciplina que se encarga de construir el paisaje auditivo de la producción, abarcando diálogos, efectos y música. Un buen diseño de sonido logrará sumergir a la audiencia en la historia acompañando adecuadamente la narración visual.

Mediante el sonido se pueden intensificar emociones, enfatizar imágenes e impulsar la trama. El trabajo del diseñador de sonido comienza en la preproducción, cuando el equipo planifica qué sonidos se grabarán en el set y cuáles se crearán en la postproducción.

En los cortometrajes, el diseño de sonido es una herramienta muy eficaz para compensar limitaciones técnicas, temporales o incluso presupuestales.

El uso del sonido ayuda a complementar recursos narrativos mediante grabaciones creativas (por ejemplo, grabando sonidos en un ambiente real para aplicarlos a una escena filmada en un set), o manipulando sonidos pregrabados tomados de una biblioteca (ya sean audios tomados del mundo real o generados digitalmente) y alterándolos para generar efectos completamente nuevos.

Por ejemplo, el sonido puede usarse para expandir la historia más allá de lo que se muestra en pantalla, sugiriendo entornos más amplios sin tener que rodar tomas adicionales.

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También puede evocar recuerdos, estados de ánimo o situaciones fuera de plano, mediante la combinación de música o efectos con movimientos de cámara, desenfoques u otros recursos visuales.

Una vez en postproducción, los editores de sonido finalizarán la mezcla sonora, asegurándose de que cada elemento auditivo (diálogos, música y efectos) esté en el lugar correcto para cumplir su objetivo.

Cortos estudiantiles: experiencias reales

La experiencia de trabajar en un cortometraje desde cero durante la formación académica permite a los estudiantes aplicar y comprender en la práctica los contenidos de cada asignatura, enfrentándose a los desafíos reales de una producción y colaborando en un entorno de equipo.

Es el marco perfecto para consolidar los conocimientos teóricos y desarrollar una voz creativa propia, además de realizar una primera base profesional.

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Así, en la Universidad ORT Uruguay la producción de cortometrajes estudiantiles está presente en la formación audiovisual, con ejemplos destacados como estos:

Estos cortos estudiantiles demuestran cómo la práctica permite conocer de primera mano la dinámica de los entornos de producción reales donde los futuros profesionales desarrollarán sus carreras en el mundo audiovisual.

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