Con guion del Lic. Martín Avdolov, graduado de la Licenciatura en Comunicación Publicitaria por la Facultad de Comunicación y Diseño de la Universidad ORT Uruguay, y producción de El Cielo Cine y Magma Cine, la ficción recibirá apoyo para su coproducción. Se planifica comenzar con el rodaje en el segundo semestre de 2023, en las ciudades de Montevideo y Buenos Aires.
Ibermedia promueve la excelencia del cine iberoamericano y contribuye a la realización de proyectos cinematográficos dirigidos especialmente al mercado de tal comunidad. Desde su creación, en 1998, el Programa tiene como objetivo la creación de un entorno favorable para las empresas de América Latina, España, Portugal e Italia, capaces de desarrollar dichos proyectos.
Sinopsis de “Cuando yo existía”
Silvio Bertolini se acaba de jubilar luego de trabajar durante 40 años en Portones Puma, la empresa que fundó su suegro, fallecido trágicamente a muy temprana edad. El duro golpe familiar hizo que Silvio, una joven promesa del remo uruguayo rumbo a Múnich 72, abandonara sus sueños para hacerse cargo de la empresa y del repentino embarazo de su esposa Amaia.
Harto de pasar días de forma ociosa y de sentirse poco productivo, Silvio descubre que no le ha ingresado el pago de su jubilación porque en el sistema aparece como muerto. Iniciará entonces un laberíntico periplo por las distintas oficinas públicas de Montevideo, tratando de obtener la certificación de su propia existencia. Tiene confianza en poder realizar el trámite de forma exitosa gracias a todos los conocimientos generados en la empresa. Sin embargo, las cosas se complican cada vez más. Silvio choca contra la burocracia y sus variopintos personajes hasta que se reencuentra con sus viejos amigos (y enemigos) del club de remo. La vida que pudo haber vivido lo choca de frente y profundiza aún más sus cuestionamientos.
A su alrededor todo comienza a desmoronarse. Cercado por la burocracia, el distanciamiento con su esposa, y las crisis de pánico, Silvio toma por primera vez las riendas de su vida y, con el misterioso apoyo de una gestora, descubre el origen del error en el sistema. Silvio viaja hasta Piriápolis, donde está la casa de otro Silvio Bertolini, el que realmente falleció y originó el malentendido. Allí, se enfrenta cara a cara con la vida que siempre anheló. Conoce a la viuda, a sus hijos, e incluso visita el cementerio donde está enterrado el difunto.
Silvio comienza a restablecer su conexión con su esposa Amaia, con su hija, y trata de corregir los errores que cometió en el pasado en el club de remo, aportando todo su conocimiento para salvarlo de la bancarrota. Esos estímulos lo devuelven a la vida. Ya no necesita un documento que le diga que está vivo. Ahora sí comienza una nueva etapa de disfrute y aceptación de lo que ha hecho todos estos años, y de lo que todavía le resta por vivir, remando, como todos.
