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Qué es la cultura organizacional y cómo se comunica dentro de una empresa

En toda empresa y organización existe un conjunto de valores, creencias y prácticas compartidas que orientan el comportamiento de sus integrantes, conformando lo que se conoce como cultura organizacional.

Cultura organizacional y comunicación dentro de una empresa

En los entornos empresariales contemporáneos, la cultura organizacional no solo influye en la productividad y la toma de decisiones, sino también en cómo una marca, una institución o un evento se proyecta hacia el exterior. Por eso, comunicar adecuadamente esta cultura es una capacidad estratégica esencial para los equipos de comunicación y recursos humanos.

En este artículo abordaremos qué es la cultura organizacional, cuáles son sus elementos fundamentales y cómo puede comunicarse de manera eficaz dentro de una empresa. También se explorará la relación entre marca, imagen corporativa, logotipo y logos de marcas, y otros factores de la construcción de identidad.

Definición y elementos de la cultura organizacional

La cultura organizacional puede definirse como el conjunto de normas, valores, creencias, símbolos y hábitos compartidos por los miembros de una empresa, que orientan su comportamiento y configuran su identidad institucional. Influye tanto en las relaciones internas como en la percepción externa de la organización.

El informe Global Human Capital Trends 2023, publicado por la consultora Deloitte, se realizó encuestando a más de 10.000 líderes empresariales y expertos en recursos humanos de 105 países. De ellos, el 94 % de los ejecutivos y el 88 % de los empleados expresaron que una cultura organizacional definida es esencial para el éxito empresarial.

Definición y elementos de la cultura organizacional

Según este estudio, las organizaciones con culturas sólidas superan a sus competidores en distintas métricas clave: presentan un 30 % más de compromiso del personal, una reducción de la rotación de hasta un 47 %, y un crecimiento de ingresos hasta 4 veces superior al promedio.

Entre los principales componentes de la cultura organizacional se destacan:

  • Valores compartidos: principios fundamentales que guían las decisiones y las relaciones internas (como integridad, innovación o sostenibilidad).
  • Normas y comportamientos: códigos formales e informales que regulan la convivencia laboral.
  • Rituales y símbolos: prácticas recurrentes (como reuniones, celebraciones o reconocimientos) y elementos visuales que refuerzan la identidad, como el logotipo institucional o los logos de marcas asociadas.
  • Lenguaje organizacional: formas específicas de comunicación verbal y no verbal que consolidan el sentido de pertenencia.

Estos elementos se articulan de manera dinámica y pueden variar según el sector, el tamaño de la empresa y su contexto cultural, y son vitales para gestionar una comunicación interna alineada con la visión organizacional.

La comunicación: matriz de la cultura y de la identidad corporativa

Para que la cultura organizacional cobre vida debe comunicarse de forma consistente y comprensible, con eficacia y eficiencia.

La comunicación como matriz de la cultura y la identidad corporativa

Según consigna el docente Joep Cornelissen en su libro Corporate Communication: A Guide to Theory and Practice (séptima edición, 2023), la comunicación es el proceso mediante el cual las organizaciones negocian y estabilizan significados compartidos sobre quiénes son, qué hacen y por qué lo hacen.

Ese proceso abarca mensajes formales (políticas internas, boletines, reuniones estratégicas) y flujos informales del intercambio cotidiano. Ambos niveles se complementan y moldean la percepción que los empleados tienen de la empresa.

Los canales formales permiten difundir lineamientos claros (valores, normas, metas) generando transparencia en la toma de decisiones, mientras que las conversaciones espontáneas, los espacios de coworking o los grupos de mensajería instantánea ajustan esos mensajes desde la experiencia cotidiana.

Cuando existe coherencia entre lo proclamado y lo que se vive en ambos planos, la identidad corporativa se consolida.

Por el contrario, si surgen disonancias, la credibilidad interna se resiente.

Los símbolos visuales (colores institucionales, tipografías, uniformes, logotipo y logos de marcas) funcionan como nodos de esa narrativa identitaria. Al aparecer en documentos, plataformas digitales o eventos internos, condensan y recuerdan valores compartidos.

Identidad y cultura organizacional

Una identidad visual consistente facilita el reconocimiento externo y refuerza el sentido de pertenencia interno, incorporándose a la rutina laboral como un recordatorio permanente del propósito colectivo.

El storytelling corporativo completa este entramado: relatos sobre logros, aprendizajes o hitos fundacionales circulan en presentaciones, newsletters o pódcasts corporativos, ayudando a afirmar los valores con ejemplos concretos.

En la investigación sobre transformación organizacional The State of Organizations 2023: Ten shifts transforming organizations, publicada por la consultora McKinsey & Company, se destaca que las empresas que logran alinear coherentemente su comunicación interna con sus valores culturales tienen tres veces más probabilidades de mantener una fuerza laboral comprometida y productiva.

Según la investigación, esto requiere líderes que "vivan la cultura", mensajes consistentes en todos los niveles jerárquicos y canales de feedback accesibles para los colaboradores.

La cultura debe comunicarse también hacia afuera, reflejando los valores que guían las decisiones y el posicionamiento institucional.

Entre los niveles externos a considerar se encuentran los clientes, proveedores, medios de comunicación y redes sociales.

Cuando esta coherencia se quiebra (por ejemplo, ante crisis mal gestionadas), suele generarse una desconexión entre lo que la organización dice ser y lo que realmente muestra en sus prácticas.

La comunicación de la cultura organizacional es un proceso activo, transversal y estratégico. Implica transmitir mensajes consistentes, pero también observar cómo esos mensajes son interpretados, vividos y adaptados por los distintos públicos internos y externos.

La identidad visual más allá del logo

La comunicación estratégica en entornos empresariales distingue, dentro de los múltiples factores que configuran la cultura y la identidad, elementos como logotipo, imagen corporativa, marca y logos de marcas, para construir una identidad sólida y coherente.

Aunque estos conceptos se interrelacionan, refieren a diversos niveles de la representación organizacional.

Identidad visual corporativa

El logotipo es el signo gráfico que identifica visualmente a una organización. Puede estar compuesto por palabras (logotipo textual), símbolos (isotipo) o una combinación de ambos (imagotipo o isologo), y su función principal es facilitar el reconocimiento inmediato.

Su diseño debe transmitir atributos clave de la organización y mantenerse coherente en todos los soportes y plataformas. Por ejemplo, los logos de marcas como Apple o Nike han logrado consolidarse como símbolos autónomos de alto valor comunicativo.

La imagen corporativa, en cambio, abarca un conjunto más amplio de elementos visuales y comunicacionales: colores institucionales, tipografías, estilo fotográfico, tono del lenguaje escrito y audiovisual, e incluso el diseño de oficinas o uniformes.

Mientras el logotipo y los logos son signos gráficos visibles y concretos, la marca es intangible y se sostiene en las percepciones que genera.

Según el libro Building Corporate Identity, Image and Reputation in the Digital Era (2021), editado por los docentes TC Melewar, Charles Dennis y Pantea Foroudi, la imagen corporativa es la forma en que una organización proyecta su identidad al exterior, buscando coherencia entre lo que dice, lo que hace y cómo lo representa visualmente.

Por su parte, la marca o branding representa una construcción simbólica y emocional más compleja. Incluye la promesa de valor, la experiencia del cliente, la reputación construida históricamente y las asociaciones que el público hace con la organización.

Una marca fuerte se consolida cuando los públicos reconocen, recuerdan y confían en los valores que representa.

Distinguir elementos como logotipo, logos de marcas, imagen corporativa y marca propiamente dicha permite diseñar estrategias de comunicación más eficaces y coherentes con la identidad visual, la credibilidad, el posicionamiento y la cultura organizacional.

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