El 20 de marzo se llevó a cabo un encuentro especial entre graduados y estudiantes de postgrados. El Lic. Sebastián Araujo Sosa —estudiante del Master en Creatividad, Innovación y Comunicación—, en conversación con la Mag. Sabrina Bianchi —secretaria docente de la Escuela de Postgrados y Actualización Profesional— contó cómo fue escalar el Aconcagua, el pico más alto de América, y vinculó los aprendizajes de esta experiencia con la vida profesional y sus estudios de postgrado.
El desafío, el camino y la resiliencia
¿Cuál es la altura de nuestros sueños? ¿Quién define qué es posible e imposible? ¿Qué vínculo puede haber entre escalar una montaña y estudiar un postgrado?
Esas preguntas guiaron la charla entre Sebastián Araujo y Sabrina Bianchi.
El sueño de la montaña nace en el año 2011, la primera vez que Araujo visitó Mendoza, Argentina. Lo primero que vino a su mente, contó, fue: “Qué cantidad de tiempo perdido en la playa”. Realmente se sintió impactado por este tipo de paisaje y empezó a elegir estos destinos montañosos para sus vacaciones.
Cuando conoció el Aconcagua, se preguntó qué se necesitaba para subir el punto más alto de América. Para descubrirlo, empezó a investigar mediante lecturas y documentales. Y en 2019 lo intentó. Pero la expedición no se pudo completar. “Éramos tres en la expedición: un guía, una chica francesa y yo. A los 6.500 metros, a ella le vino un edema cerebral y empezó a delirar, que es uno de los males de altura. No había un plan de contingencia y tuvimos que bajar”.
Araujo se sentía bien para continuar escalando, pero no se pudo. “Pasaron los años y tuve logros muy importantes a nivel profesional, a nivel personal”. Sin embargo, él tenía pendiente escalar el Aconcagua.
En ese sentido, Sabrina Bianchi remarcó que “es importante destacar el valor de la resiliencia en la vida profesional”.
Cada error que transitamos es necesario para pararnos mejor en el futuro y diseñar los siguientes escalones en nuestra carrera.
Mag. Sabrina Bianchi
Asumir riesgos
Araujo —que finalmente logró escalar el Aconcagua— está convencido que hay similitudes entre escalar una montaña y estudiar un postgrado.
Para subir una montaña, hay que “prepararse mentalmente, realmente informarse, tomar todos los recaudos necesarios, sumarle los costos unitarios, tener en cuenta el equipamiento y toda la preparación física”. Con respecto a una carrera pasa lo mismo: “Es una decisión importante a tomar, pensar hacia dónde querés ir. Eso implica asumir riesgos”.
Cuando subís una montaña es como que hacés un pacto contigo mismo, un pacto donde sabés que hay límites de vos que conocés y hay límites que te los va a dar a conocer la montaña. Lo mismo sucede en una carrera: hay pactos que tenés que hacer contigo mismo.
Lic. Sebastián Araujo
Empujar los límites, buscar tu mejor versión
“En el límite encontrás nuevas aristas de lo que es tu persona”, reflexiona Araujo. “Es como que volvés a conocerte”.
Recordó que uno de sus abuelos siempre decía: “Vos siempre apuntá lo más alto que puedas; si no le pegás, aunque le pegues cerca, igual va a ser alto”.
Para alcanzar la mejor versión posible de cada uno, según Araujo, son necesarios dos pasos: tener humildad y tener un tiempo para hacer una revisión interna.
“Es importante tomarnos ese tiempo, ver qué es lo que venimos haciendo y cómo lo venimos haciendo. Saber qué podemos mejorar”, consideró. Y siempre, al proyectar nuevas metas, hay que saber a qué costo. “Ojo con eso, porque también a veces los costos que asumimos son bastante altos”.
En ese sentido, recordó algo que aprendió en el primer año del Master, en la materia Metodología del Design Thinking:
Cuando te pones a idear, tenés que dejar todas las limitaciones y prejuicios de lado, porque eso coarta las ideas locas.
Lic. Sebastián Araujo
